Ella me abarajó con la noticia, recién llegados de Calafell, donde Lucas se baña en el mar, a poca distancia del Vendrell, los pagos del gran violoncelista Pau (Pablo) Casals, y ¡un tiburón en la playa!
Al final no fue para tanto y... esto parece una fábula “sudaca” con moraleja: a cada cuál según su medida.
Como en el Mediterráneo ya se comieron hasta los buzos, los peces grandes emigran a falta de peces chicos, y otros se hacen cargo –se me ocurre- de sus roles de película clase B.
Lo que falla es el nombre. Un pez que se llama “lirio” -entre medio metro y metro entero- no cierra con la mala leche que se carga. Pero parece que los nombres no importan, porque si los lirios tienen muchos dientes y muy mal genio, y nadan en medio metro de agua, tus pelotas están en peligro, querido filipipón.
Ah, el de abajo es el lirio, supongo que momificado.
Ah, el de abajo es el lirio, supongo que momificado.
Segundo Ah: otra vez nos sucedió. El tren que nos llevaba Calafafell se detuvo a pocas estaciones porque un tipo cayó a las vías, justo cuando pasaba un tren. El año pasado nos sucedió cinco veces. Llegamos a la conclusión de que cuando saben que vamos a Calafell tiran la casa por la ventana y la gente a la vía.
La noticia: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/24/barcelona/1248446756.html
El lirio mordedor: http://www.todopesca.com/fichas/mar/lirio.htm
La noticia: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/24/barcelona/1248446756.html
El lirio mordedor: http://www.todopesca.com/fichas/mar/lirio.htm