9,30 Hora de Barcelona. IBERIA. Cielo gris de lunes y ganas de primavera.
Empiezo la carrera con sol a favor, estirando el día.
11,45 (HdB)Ocupo el 44H, pasillo. Primer paso de adaptación, hay varios "gordos argentinos". Son inconfundibles con sus ropas inverosímiles y sus panzas de preñadas de 24 meses. Lo veo en sus ojos: los gordos argentinos se odian.
El "chamuyo" impera en el avión.
15 (HdB)Comida de plástico -esto me pasa por ser pobre y no viajar con cocinero propio- y peli de plástico. Nicole Kidman y el flaco lobison de las puas en los puños. Culebrón para llorar todo el rato hibridado con una de vaqueros, autralianos, claro.
LEO.... LEO.... LEO.... cruzando la mar océano a favor del sol. Nunca llegará la noche.
21,30 (HdB) Miro por la ventanilla y veo que comienza a atardecer sobre la selva amazónica. Lindo lugar para darnos una piña. Calculo que si cuando llegue pego la vuelta podría ver el amanecer sobre el amazonas.
Qué raro, los únicos indios que veo van en el avión.
24,30 (HdB) Cena tardía o temprana, a saber. Una ensalada misteriosa. Sopongo que es lo que dejó la hormiga argentina. La gente, todo el viaje comiendo lo que sea. Si está incluido en el pasaje, no quieren desperdiciar. La hormiga argentina.
Me mando un vino para festejar que hay vinos mejores.
1,30 (HdB)del día siguiente, o sea martes, pero que en Buenos Aires es día anterior, o sea lunes, 21,30. El avión aterriza y la gente aplaude. Le dan gracias al piloto de que no nos haya matado. Creía que era su trabajo.
Calor para regalar.
2,30 de la madrugada hora de Barcelona. Con M y M buscamos un sitio donde cenar y lo logramos: arroz con camarones y tiritas, dicen que, de centolla.
Seguiremos informando.