martes, 20 de marzo de 2007

Dichos de Grafolito del Duraznero


“Según Benedicto XVI, las almas las carga el diablo.”

lunes, 19 de marzo de 2007

Ballet, gallinas y tomates


Uno de los participantes en este blog nos ha dado su visión particular del barrio El Mondongo, donde los malevos bailaban ballet. Seguramente los “mondongueros” dirán que las cosas son de otra manera, pero, al fin de cuentas los mitos son la suma de las visiones, o los delirios, de cada uno.
Eso me hizo recordar una novela de Gabriel Bañez, titulada “El curandero del cuarto oscuro”; historia de un “mano santa” platense, vinculado a la política. En esa novela, además de recordar con gula los bocaditos de dulce de leche “Euskalduna”, Bañez habla de El Mondongo. Dice que ante cada casa hay un coche que ya no camina, y que los habitantes de barrio lo usan para tomar mate, cómodamente sentados en su interior. También cuenta, si la memoria no me traiciona, que en algunos el motor ya no está, y que en su lugar hay tierra, donde crecen lozanas las plantas de tomates.
Nunca vi ningún auto que se pareciera a eso. Pero como las leyendas modifican la realidad, tal vez alguien decida hacer algo parecido.
Nunca un coche sembrado con tomates, pero sí gallinas en la azotea.
La Micaela, que vivía en la calle 64, casi 117 –dicho así parece muy de Nueva York- tenía gallinas en la terraza, o azotea. Ponían sus huevos o dormían bajo un corralito techado, pero el resto del día vagaban por la terraza, haciendo que la rutinaria tarea de tender ropa se volviera una aventura. Dejaban regalos por todas partes.
Y era de ver la cara de la gente, cuando pasaba por la calle y escuchaba el cacareo victorioso de la que acababa de poner un huevo. Levantaban los ojos y ahí estaba, bataraza, pinta o colorada, paseando su orgullo por la cornisa, a varios metros del suelo.
Si las gallinas caminaban por las cornisas, bien puede ser que todos los de El Mondongo tengan coches que no funcionan, para tomar mate a la sombra o plantar tomates, o que los más “tauras” y cuchilleros gastaran zapatillas de punta para lucirse en el “Cascanueces” o “El lago de los cisnes”.