miércoles, 17 de septiembre de 2008

Velas a San Cayetano


En las últimas horas asistimos al florecimiento de las “contradicciones del sistema”. EEUU, el abanderado del no intervencionismo y el libre juego de los mercados, interviene en el salvamento de un par de grandes, inmensas empresas.
Las bolsas de valores responden con alegría equivalente a la mufa que expresaron cuando las empresas se fueron a pique. Y los economistas siguen contándonos cuentos chinos, como si las bolsas de valores tuvieran algo que ver con la economía.
Resulta de maravillarse la fé que tenemos en el ánimo de las bolsas, cuando estaríamos más cerca de la realidad poniendo velas a San Cayetano, o practicando alguno de los innumerables ritos new wave.
Digámoslo de una puñetera vez: las bolsas son una timba, un casino con reglas tramposas. No tienen un pito que ver con la economía.
Cuando un operador tiene suficiente resto -digamos un George Soros- puede hacer subir o bajar el valor de cualquier empresa, o cualquier bono de estado, como se le da la gana. ¿Para qué? Para comprar otra vez en baja, que es lo que hacen los grandes. O para engrupir a los ahorristas chicos, cuando los papeles suben.
Tal vez Argentina no sea el ombligo del mundo, pero sirve como ejemplo. Cuando el país se iba, vertiginosamente, por las cloacas, la bolsa subía como espuma de cerveza.
¿Por qué los economistas profesionales nunca nos dicen esto? Sospecho que no les gustaría a quienes les pagan el pan, la mortadela y algunas cositas más. Son unos farsantes.
Es cierto… ¿quién es uno para ir en contra de la corriente? Nadie.
Por eso resulta educativo repasar la historia de George Soros, el operador que terminó, entre otros, con los afamados Tigres Asiáticos.
Para una primera mano alcanza con una punta, en esta dirección pueden dar con el tipo que tiene más claro cómo se juega en este juego de masacre, en el que los platos rotos los paga la gilada. Es decir: nosotros.



Una cosa queda clara: si la intervención del Estado para salvar empresas sucede en Bolivia, Brasil o Argentina, los cuelgan de las pelotas. USA, como hace las reglas, también se las salta cuando quiere.