Luciano Benjamín Menéndez, el mismo que se hacía llamar “El Chacal”, aquel que en 1984 arremetió con un puñal de paracaidista contra quienes reclamaban justicia, el mismo que quemaba libros y gente en Córdoba, se ha ganado una Prisión Perpetua.
Luciano Benjamín, como casi todos ellos, los que se ven y los que se esconden, los que hablan y los que disimulan, cree que nadie tiene derecho a juzgarlo, porque ganaron la guerra.
No voy a ser tan chupasirios -meapilas se dice en España- para pedirle arrepentimiento y contrición, para perdonarlo. Ni olvido, ni perdón.
Ni olvido, ni perdón, esa es la única puta verdad. Si alguno cree que la guerra ha terminado, que le mire la cara a Luciano Benjamín. No ha terminado.
Sobre todo porque ellos siempre están volviendo.
Qué viva mil años, don Luciano Benjamín, y con mucha salud.
Luciano Benjamín, como casi todos ellos, los que se ven y los que se esconden, los que hablan y los que disimulan, cree que nadie tiene derecho a juzgarlo, porque ganaron la guerra.
No voy a ser tan chupasirios -meapilas se dice en España- para pedirle arrepentimiento y contrición, para perdonarlo. Ni olvido, ni perdón.
Ni olvido, ni perdón, esa es la única puta verdad. Si alguno cree que la guerra ha terminado, que le mire la cara a Luciano Benjamín. No ha terminado.
Sobre todo porque ellos siempre están volviendo.
Qué viva mil años, don Luciano Benjamín, y con mucha salud.