Pedro Varela tiene librería. “Europa”, calle Séneca del barrio de Gracia, en Barcelona. El tipo ejerce su derecho a opinar, y opina que el holocausto es un mito, que nada mejor que ser blanco y que Hitler era un santo y los judíos unos hijos de puta.
Hace poco más de un año trajo para dar una conferencia a David Duke, el “número uno” del Ku Klux Klan. Hubo alterados de izquierda que interpusieron acciones legales para que prohibieran la disertación. No tuvieron resultado porque la conferencia no violaba ninguna ley pública (al fin y al cabo sólo hablaba de la supremacía blanca, la esencia del alma europea). Por supuesto, los alterados de izquierda no estaban tan alterados. Si cree que concurrieron en masa a patearle los meniscos al KKK está equivocado. Son, antes que nada, legalistas.
Pero ahora sí que Pedro Varela está en problemas que lo asemejan a Al Cappone: si no te la dan por un lado te la ponen por el otro.
El Consulado Alemán en Barcelona lo ha denunciado por editar y comercializar “Mein Kampf” sin pagar los derechos correspondientes. A Al Cappone lo jodieron con los impuestos. A Pedro Varela, los alemanes, los arios por excelencia, le muerden las pelotas por “derechos de autor” que conserva el “Land” de Baviera.
¡Mira por dónde le cae la justicia! ¡Si parece de chiste! Es un chiste.
Ah… la foto no es de “antinegros”, son solos hermanos de una cofradía en Semana Santa. Belcebú nos libre de tanta mierda.
Hace poco más de un año trajo para dar una conferencia a David Duke, el “número uno” del Ku Klux Klan. Hubo alterados de izquierda que interpusieron acciones legales para que prohibieran la disertación. No tuvieron resultado porque la conferencia no violaba ninguna ley pública (al fin y al cabo sólo hablaba de la supremacía blanca, la esencia del alma europea). Por supuesto, los alterados de izquierda no estaban tan alterados. Si cree que concurrieron en masa a patearle los meniscos al KKK está equivocado. Son, antes que nada, legalistas.
Pero ahora sí que Pedro Varela está en problemas que lo asemejan a Al Cappone: si no te la dan por un lado te la ponen por el otro.
El Consulado Alemán en Barcelona lo ha denunciado por editar y comercializar “Mein Kampf” sin pagar los derechos correspondientes. A Al Cappone lo jodieron con los impuestos. A Pedro Varela, los alemanes, los arios por excelencia, le muerden las pelotas por “derechos de autor” que conserva el “Land” de Baviera.
¡Mira por dónde le cae la justicia! ¡Si parece de chiste! Es un chiste.
Ah… la foto no es de “antinegros”, son solos hermanos de una cofradía en Semana Santa. Belcebú nos libre de tanta mierda.
3 comentarios:
La cosa es así: en un estado de bienestar, la derecha es derecha.
Cuando la cosa se pudre, la derecha es fascismo.
Claro como el agua de nuestro Riachuelo, pura y previsible mierda.
A no dormirse.
Ahora, lo de no pagar derechos... eso sí que está pal´orto.
K.K.
Por puro azar cayeron ayer en mis manos dos de sus novelas, y quiso la fortuna que tuviera jornada de noche y que esta fuese tranquila para poderle hincar el diente a la primera. Celebro que todavía me queden tan buenos autores al otro lado del charco por descubir, más allá de las vacas sagradas del boom. Mis descubrimientos favoritos: Paco Ignacio Taibo II, Mempo Giardinelli, Ramón Díaz Eterovic, y ahora agrego su nombre a esta lista. Además compruebo que politicamente somos bastante afines (aunque eso no sea necesario para que me guste un autor), hace tiempo que sé de las actividades de Pedro Varela, de la Cedade y de toda esa ralea de fascistas, y me sige pareciendo increible que mientras en otros lados del estado español se criminalizan organizaciones y personas de izquierdas en base a una muy discutible base juridica, esta gente pueda seguir difundiendo sus ideas racistas sin problemas. En fin, habrá que seguir combatiendo. Un saludo.
En la feria del libro de Córdoba, Argentina, se vendía hace un par de años "Mi lucha". El flaco a cargo del stand dijo no saber de qué se trataba pero que "salía bastante". Haciéndose el boludo, o siéndolo, me preguntó si era la historia de algún boxeador. La distribuidora del libro, desconocida al menos para mí, pero ahí estaba, en exhibición. Hoy es más fácil conseguir "Mi lucha" que el "Nunca más" o "Recuerdos de la muerte".
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