jueves, 17 de septiembre de 2009

Willy Loman


Recuerde a Willy Loman. Recuerde “La muerte de un viajante”.


Este podría ser un cartel sanitario para que los sindicatos franceses cuelguen a la puerta de Telecom.
¿Por qué Willy Loman? Antes de la gran depresión del 30 le hicieron creer a los norteamericanos que el triunfo o el fracaso eran cosa personal, y dependían exclusivamente de uno. (Sí, también Reagan decía lo mismo, hace menos tiempo, y en todas partes y todos los días.)
Loman, en la obra de Arthur Miller que puede ver en cine versión Dustin Hoffman, atropellado por la economía asume el fracaso de forma personal y se amasija, tal vez para dejarle el seguro a su mujer. Vaya uno a saber que cruzó por la cabeza cuando apretó el acelerador.
Los trabajadores de Telecom están haciendo lo mismo. Como samurai de la industria.
Vaya, la cosecha des Willy Loman parece no tener fin.
Nos han metido la misma mierda en la cabeza. El fracaso es nuestro, el triunfo... nunca llega.
Alguien, tal vez los sindicatos, que están al pedo, debería hacerles comprender que los sueños poco tienen que ver con la realidad. Que se puede saber nadar en la piscina, en el río, o en el mar calmo, pero que nadie puede nadar en un tsunami. Y los que mueven el agua para, o suplan el viento para, pero no se ahogan porque los salvamos con nuestros ahorros por, son ellos; no uno.
¿Entonces? Si además tengo que darle la respuesta... hablemos de otra cosa.

(Le cuelgo una foto de "La muerte de un viajante" en el montaje de 1949)