Todos los virus mutan, y siempre en la dirección más dañina. Con los años 80 se desparramó una fiebre ondulante, el PPC (Pensamiento Políticamente Correcto) que no dejó títere con cabeza. Alguien se la agarró con el “Padre Nuestro”, porque las madres quedaban afuera y les quedó algo así como el “Cosa Nuestra”. Fue mal visto decir que alguien era negro y pasaron a ser “afro”, o en España “subsaharianos”, ninguneando a los sudafricanos blancos, por ejemplo. El tren contra machista tomó velocidad y una ministro/tra hizo referencia a los miembros y “miembras” del Parlamento, que si el género viene difuso mejor inventárselo. Para eso nada de más inspiración que ser víctima del PPC.
Ahora estamos ante una mutación de aquel PPC que, por sus primeros síntomas, perjudica mucho más, el PPP*. Víctimas del PPP resultan ser ahora las decoraciones navideñas de las calles. Varios aquejados proponen cambiar el nombre de estas fiestas por el de Fiesta de Invierno, para no molestar a judíos, musulmanes, taoístas, agnósticos, ateos y toda una retahíla de gente que hasta hoy no se había dado cuenta de que esas fiestas les molestaban. El resultado es que en la calles de Barcelona están colgando unos cachivaches de neón que no son estrellas, ni belenes, ni nada que pueda existir en la Tierra. Tampoco se parecen a la ilustración de esta nota, pero están muy cerca. Al menos los condones de la foto sirven para algo más razonable que el PPP.
Cuidado, páselo, el PPP ataca sin fronteras y tiene una justificación histórica que da lustre, la Revolución Francesa. Ella cambió hasta el nombre de los meses, pero al menos los jacobinos tenían la guillotina, que le ponía otro gustito a la tontería.
Ahora estamos ante una mutación de aquel PPC que, por sus primeros síntomas, perjudica mucho más, el PPP*. Víctimas del PPP resultan ser ahora las decoraciones navideñas de las calles. Varios aquejados proponen cambiar el nombre de estas fiestas por el de Fiesta de Invierno, para no molestar a judíos, musulmanes, taoístas, agnósticos, ateos y toda una retahíla de gente que hasta hoy no se había dado cuenta de que esas fiestas les molestaban. El resultado es que en la calles de Barcelona están colgando unos cachivaches de neón que no son estrellas, ni belenes, ni nada que pueda existir en la Tierra. Tampoco se parecen a la ilustración de esta nota, pero están muy cerca. Al menos los condones de la foto sirven para algo más razonable que el PPP.
Cuidado, páselo, el PPP ataca sin fronteras y tiene una justificación histórica que da lustre, la Revolución Francesa. Ella cambió hasta el nombre de los meses, pero al menos los jacobinos tenían la guillotina, que le ponía otro gustito a la tontería.
*PPP: Pensamiento Políticamente Pelotudo.
3 comentarios:
¿Y cómo carajo la llamarán en el hemisferio sur los que adhieran al PPP? ¿Qué haremos los nativos australes con los cuetes, las cañitas, los rompeportones, con los pesebres vivientes, con el pan dulce, las nueces y la sidra La Farruca? Parece que la peste boluda se extiende por fuera del ámbito literario. Comando Colibríes en estado de alerta y movilización. No pasarán.
El PPP alcanza a todo el mundo, pero no alcanza para abarcar todo. Por ejemplo, que España le gane a Argentina 2-1, cuando cualquiera sabe que el fútbol es la única religión a la que le damos bola en serio, es una falta de respeto hacia los diferentes. Tendrían que pensárselo, a ver si en tren de venganza los obligamos a aceptar a Bilardo, Maradona y Palito Ortega.
Pare Don Errea, no sera demasiado castigo pa'los Yoyegas.
Colibri del FarolitochinO siempre listo.
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