El juez Baltasar Garzón ha puesto a rodar la pelota. Quiere desenterrar a García Lorca y a los que comparten la tierra con él. Para luego seguir. Afuera, a tomar aire, los fusilados a escondidas y los enterrados en las banquinas.
Tiene a todos en contra, Baltasar Garzón. A la derecha del PP y al partido gobernante, el Partido Socialista Obrero Español.
Lo de siempre: que no es momento de hacer olas. Que nunca es momento de hacer olas. Que mejor dejar a los muertos en las cunetas, y no hacer olas.
Unos, los que vencieron y luego fusilaron, porque no quieren aparecer como lo que fueron, son y serán.
Los otros, los de la izquierda, porque pagaron moneda sobre moneda un olvido precario de sus propias barbaridades. Aceptaron la monarquía, le besaron los pies, se olvidaron de por dónde se va a la izquierda, arriaran la bandera de la República y consiguieron una lugar en el panteón de los próceres razonables para Santiago Carrillo, aparte de una buena pensión para su retiro.
Comieron mierda con la pala, para que se olvidaran de sus cagadas y se les permita comer del plato de los triunfadores. Hoy, se ponen nerviosos. Temen, tal vez, que salgan a relucir las “chekas”, los comisarios políticos estalinistas que se cargaron a más de uno, o desaparecieron a más de uno, como el trotskista Andreu Nim. Los tipos como el llamado Victorio Codovilla, mandamás del PC argentino hasta su muerte, luego de comisariar represalias en la Guerra Civil, por mandato de Stalin, ponen en peligro este presente paniaguado y democrático, desde siempre.
Hoy, casi todos dicen que Garzón busca el estrellato, que lo suyo no tendrá andadura legal, que solo sirve para joder la paciencia, o aún peor, para avivar los recuerdos. También lo dicen desde la izquierda y desde el ministerio fiscal, que responde a los socialistas. No quieren menear el agua. No hagan olas.
Por suerte Garzón puso en movimiento la pelota, y se empieza a desenterrar muertos y airear la memoria. ¿De tumbas clandestinas? Ya no, o casi no, los viejos recuerdan y saben a cuánta distancia del pueblo mataron y enterraron a sus hermanos.
¿Garzón? ¿A quién le importa Baltasar Garzón y sus posibles razones? Lo que importa es que la pelota ya está en movimiento, y ahora vamos a ver quién es capaz pararla y tirarla afuera.
Tiene a todos en contra, Baltasar Garzón. A la derecha del PP y al partido gobernante, el Partido Socialista Obrero Español.
Lo de siempre: que no es momento de hacer olas. Que nunca es momento de hacer olas. Que mejor dejar a los muertos en las cunetas, y no hacer olas.
Unos, los que vencieron y luego fusilaron, porque no quieren aparecer como lo que fueron, son y serán.
Los otros, los de la izquierda, porque pagaron moneda sobre moneda un olvido precario de sus propias barbaridades. Aceptaron la monarquía, le besaron los pies, se olvidaron de por dónde se va a la izquierda, arriaran la bandera de la República y consiguieron una lugar en el panteón de los próceres razonables para Santiago Carrillo, aparte de una buena pensión para su retiro.
Comieron mierda con la pala, para que se olvidaran de sus cagadas y se les permita comer del plato de los triunfadores. Hoy, se ponen nerviosos. Temen, tal vez, que salgan a relucir las “chekas”, los comisarios políticos estalinistas que se cargaron a más de uno, o desaparecieron a más de uno, como el trotskista Andreu Nim. Los tipos como el llamado Victorio Codovilla, mandamás del PC argentino hasta su muerte, luego de comisariar represalias en la Guerra Civil, por mandato de Stalin, ponen en peligro este presente paniaguado y democrático, desde siempre.
Hoy, casi todos dicen que Garzón busca el estrellato, que lo suyo no tendrá andadura legal, que solo sirve para joder la paciencia, o aún peor, para avivar los recuerdos. También lo dicen desde la izquierda y desde el ministerio fiscal, que responde a los socialistas. No quieren menear el agua. No hagan olas.
Por suerte Garzón puso en movimiento la pelota, y se empieza a desenterrar muertos y airear la memoria. ¿De tumbas clandestinas? Ya no, o casi no, los viejos recuerdan y saben a cuánta distancia del pueblo mataron y enterraron a sus hermanos.
¿Garzón? ¿A quién le importa Baltasar Garzón y sus posibles razones? Lo que importa es que la pelota ya está en movimiento, y ahora vamos a ver quién es capaz pararla y tirarla afuera.
5 comentarios:
Siempre algún desubicado pone a rodar la pelota. En la Argentina, primero fue Alfonsín, que encargó una de muzzarella y le trajeron una completa. Los de la Conadep no tuvieron culpa, incluso algunos quisieron parar el aluvión pero se les vino encima. Y algún escritor que cultiva el género de la trascendencia sacó partido.
Después, los carapintadas y el menemismo se encargaron de soltar a los pobres chichipíos que habían sido tan injustamente juzgados. Hasta que, de la hecatombe del 2001 y el oportunismo peronista, surgió el monstruo sureño, el pingüino ocasional que, mientras exhortaba a salir del infierno, se rodeó de Madres, de H.I.J.O.S., de cuanta fauna hambrienta de justicia ronda los despachos y las plazas. Y los pequeños juicios cobraron altura, lo que entre otros placeres nos permitió ver llorar a Buzzi mientras recordaba que a él también lo habían votado.
Hoy en la Argentina nadie se atrevería en público a impugnar la investigación, juicio y castigo a los genocidas.
Hay excepciones, ya sé. Algunos chapotean en este blog.
Me cago en ellos.
K.K.
Un tal Gasparini, aplicado colaborador en la Esma de los 70, dicen, le envía un correo electrónico a un tal Cirilo Perdía.
¿Y lo de ustedes?...
Perdía, el pelado con Alzheimer repentino, se toma un tiempo y contesta: "No sé hasta cuando nos van a poder proteger".
Y sí, lo que empezó como un partido de fútbol, con una sola pelota, se transforma en uno de pool, con varias bolas rodando...y de todos los colores!!!
que lindo que va ser, en cárceles comunes a los montos y los del erp!!
Abrazo
Palma, por favor avisame con tiempo.
Como siempre, tratás de instalar la versíón más barata de la teoría de los dos demonios. ¿Sabés que pasa?, con Biondini con la plaza y su treintena de nazis tus argumentos se diluyen. Seguí participando.
No te olvides; avisame con tiempo.
Muchos y felices juicios.
Lo siento, Raúl, pero yo de Garzón no me fío un pelo. Y no sólo por su búsqueda del estrellato, que también. Por primar su protagonismo al rigor profesional se le escaparon vivos narcotraficantes y terroristas de Estado (el sr. X, alias Felipe González) y sus criterios me resultan sospechosos. ¿Por qué razón sólo se van a investigar los casos hasta el año 52 si el franquismo estuvo asesinando hasta mediados de los 70? ¿Acaso tiene miedo de encontrar culpables vivitos y coleando (D. Manuel Fraga o Martín Villa)? Miedo me da que nuestras esperanzas de recuperar la memoria se las lleve el viento de un juez estrella más preocupado por hacerse la foto que de la justicia. Ojalá tú lleves razón, Raúl, y que yo esté equivocado.
Óscar
Como fueron sepultados los revolucionarios argentinos, el común de los mortales son enterrados con mortajas cajón de madera y desnudos sin pertenencia y condenados al olvido. Los revolucionarios son enterrados vestidos con la ropa del día ,sus zapatos , esos zapatos con los que corrió, se parapeto y combatió a los enemigos del pueblo a la antipatria a la oligarquía y sobre todas las cosas al imperialismo, esa camisa llena de valor y coraje, impregnada de adrenalina , la montaña de tierra se hace polvo , los dioses y sus pertenencias, algunas fueron saqueadas, falta el arma a la que aferro antes del accidente, ( la muerte de un revolucionario no es un acto heroico ,es un accidente , un echo no deseado) , los dioses eso dioses del siglo xx que combatieron el mal , hoy vuelven suben se elevan ,los dioses de la tierra juntan sus fuerzas vuelven al ver el sol que derrite el mal y lo desploma hasta vencerlo para siempre.
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