domingo, 11 de marzo de 2007

Homero Expósito


El Flaco Galván, patagónico tal vez a pesar suyo, me hizo llegar estos sonetos "poligriyos" de Homero Expósito, el mismo que dijo que "nadie puede escribir un tango si no es capaz de escribir un soneto". A beneficio de los no rioplatenses, incluyo un deficiente vocabulario al final, y recuerdo que Expósito era el apellido que llevaban los pibes nacidos en el orfanato, sin padre ni madre a la vista. Me gusta eso de que “bajaba las penas marineras/ hasta la palangana en Leandro Alen”, calle de prostíbulos y bares de alterne.

Cara y seca II
Era una mina puta de endeveras
que yiraba debute a todo tren,
y bajaba las penas marineras
hasta la palangana en Leandro Alen.

Con el permanganato en la cartera
y un fiolo digno de cuidar su andén,
se mandaba sus chapas sensibleras,
pues lo que usaba mal lo hacía bien.

Gastándose la vida en la bragueta,
¡me cache en dié!, ¿qué falta hace la yeta
pa' perder la esperanza de vivir?
Y entonces una noche dijo: ¡Pianto!
Y sin batir ni mú, parca de llanto,
colgó la cachufleta y a dormir.


Cara y seca I
Era una mina fiel a la malaria
que con minga tiraba todo el mes;
que yugaba debute y como otaria
se lavaba el fracaso en el bidet.

Que finó en Recoleta solitaria
pa' darse el dique de morirse bien,
y la llevaron cuatro cosos parias,
hermanos del fiao en l'almacen.

Fregándose la vida en la pileta,
¡me cache en dié!, ¿qué falta hace la yeta
pa' perder la esperanza de vivir?

Y entonces ya mufada, dijo: ¡Planto!
Y sin batir ni mú, parca de llanto,
se tomó el raticida y a dormir.


MALARIA: Cuando todo va mal
MINGA: Casi nada.
RECOLETA: Barrio pijo de Baires.
MUFADA: Enojada y “gafeada”
PERMANGANATO: Antiséptico.
FIOLO: “Cafiolo”, proxeneta.
YETA: Mala suerte.
CACHUFLETA: Coño.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonitos "sonetos" y llamativo deficiente vocabulario rioplatense-Gallego,...
Los cantaré... Tomando la cachufleta y a dormir.

Anónimo dijo...

Grande Argemi, pongase el Lengue y a yirar por el empedrado. Rodolfo

Fallarás dijo...

Cachufleta.... Uf!

Anónimo dijo...

Esos bares de alterne eran como el tren fantasma del Parque Retiro: boca negra, cortina y luces rojas, algún grito adentro pero no de miedo ni de placer sino por necesidad de romper algo, las bolas o el silencio, invitaciones que te ahuyentaban en vez de atraerte, permanganato y chichipíos.

Anónimo dijo...

Argemi deja de Atorrar y ponete a Chamuyar, larga la Fiaca... Rodolfo desde El Mondongo.

Anónimo dijo...

A Rodolfo, quien dice escribir desde El Mondongo:
Empleando un lenguaje muy ajeno a ese sector de la ciudad de La Plata -claro que me refiero al lunfardo- el lector Rodolfo insta a RA a actuar de formas que, quizás, considera adecuadasa una barriada un tanto particular.
Quiero advertir al lector desprevenido que se trata de un comentario falaz y, quizás, disolvente: en El Mondongo,jamás se habló lunfardo. Sí es posible que alguno haya dicho "faso", tal vez "mina" e, improbablemente "atorrar", verbo que solapadamente utiliza el tal Rodolfo.
El Mondongo, según ilustra la celebrada Enciclopedia de los Andurriales Nacionales, único ejemplar enciclopédico en verso, como lo pretendió el magnìfico Denis Diderot, careció siempre de una lengua propia. Por eso, utilizó el español matizado con italianidades, polaqueces y ucranianismos para ocultar sus carencias lingüísticas.
Es más que sabido que en El Mondongo habitaban individuos desplazados de la oligarquía platense, hecha a partir de tinterillos y amanuenses reclutados por Dardo Rocha, que en la intimidad se hablaban de "tu" y de "vosotros", sacando pañuelos perfumados de las mangas de sus camisas, los muy maricas. Pero de puertas afuera, usaban escarbadientes y entrenaban sus desplazamientos de uno a otro lado de la boca; o salivaban por el colmillo o, cuando necesitaban exponer un origen del que carecían, pedorreaban con la boca y pedían un perdón innecesario a los parroquianos circunstantes quienes, apiolados e idénticos, hacían gestos de una repugnancia ilusoria.
Hijos de prosecutores, cuñados de directores de mesa de entradas, yernos de traficantes de influencias bastardas, poblaron El Mondongo intentando forjarse una fama cuchillera que conocieron recièn cuando los primeros ejemplares de Borges llegaron a su biblioteca. Y allí está "Euforión" -o su historia-, que no me deja mentir. No sólo había clases de ballet a las que concurrían conspicuos vecinos -Raimundo Schiappapietra, Romualdo Laginestra, entre otros pseudo tauras- quienes deleitaban al vecindario con sus interpretaciones del cisne en la obra de Tchaicovsky. En "Euforión·, además, se enseñaba sánscrito y hasta hubo un maestro de "modales". Se trató de un ruso de los así llamados "blancos", caído en el desuso tras la revolución del 17, quien modificó sustancialmente hasta la ceremonia de tomar mate, incorporándole reverencias y sustancias estrafalarias, como cebarlo ¡dentro de un pomelo!
Por eso, supongo que Rodolfo es una rémora de aquellos falsos principescos vecinos platenses que buscaron diferenciarse de los restantes, a la vista de que eran menos -en lo que a calidad hace- de los berissences, auténticos proletarios, verdaderos parias sociales, orgullosos desheredados sustanciales, protagonistas de aquella canción que decía (con la música de "Valencia"): "Berisso, tus mujeres tiene hijos y no saben de quién son... etc. etc." y dueños de una prosapia rante y fulera comprobable por cualquiera que cometía la torpeza de subirse al "25".
Entonces, señor Rodolfo, infiltrado en este sector que, en una de esas, pretende defender una nacionalidad rantifusa y poligriya, aleje su prédica insultante y disolvente. Ya he plantado un gajito de ruda macho para exorcizarlo.
¡Ojalá no vuelva nunca jamás!
Oídio del Peral, como para que vaya sabiendo

Fallarás dijo...

A Rodolfo ni me lo toquen, que soy muy partidaria.
Por otro lado, qué dulce lo de las madres que tienen hijos y no saben de quien son: seriamente recomendable, mucho, sí.

Anónimo dijo...

Esta va para Fallarás;
Coincido con esa interpretación de la canción dedicada a Berisso. Está muy bien. Ahora, Fallarás, ¿cómo hago para criar las dos nenas y tres gurises obtenidos en esas condiciones? ¿Te vendrías a darme una mano? ¿Un apellido?
Con cariño, Ufemia, la de Berisso

Fallarás dijo...

Ufemia, la de Berisso: a estas alturas, cuando las mamás tienen chavales es porque quieren. Así que si no puede mantenerlos, mejor se acerca a una farmacia y enfunda al macho de turno.
Claro, que quizás usted, Ufemia la de Berisso, lo dice porque quiere mi bonito apellido para sus vátagos. En ese caso, no se prive, mujer, se lo presto de mil amores.
Salud.

Anónimo dijo...

¡Me gutó, me gutó! Quero ese apelido para mis vátagos, si.
¿Qué son vátagos?
Ufemia, la de Berisso

Anónimo dijo...

Fallarás:
Eso de que le prestas tu apellido a la pobre Ufemia, me recuerda lo que le ocurrió a mi hermana. Cuando le planteó a su macho de turno que estaba preñada, el fulano le dijo:
-No te preocupes, querida, que le doy el nombre. Ponele Rodolfo, ponele.
Chau