lunes, 7 de junio de 2010

Triple crimen


Cipolletti es una ciudad de Río Negro, Argentina, que está a un paso de Neuquén, cruzando del río. De tanto en tanto su equipo de fútbol, llamado “tallarines” porque en su camiseta luce rayas finitas, asciende y se convierte en orgullo local porque juega contra los grandes, River, Boca, Independiente.
En ese club de fútbol comenzó a jugar Osvaldo Soriano cuando era casi un pibe, y algunos de sus mejores cuentos, como “El arquero de Barda del Medio”, recogen sus vivencias en esa ciudad patagónica.
Pero Cipolletti también tiene otra cara, fea y sucia, tal vez como todos. Cuando yo todavía estaba allá, trabajando como periodista, cubrí para una revista de Buenos Aires un caso de triple crimen. Tres pibas, dos de ellas hermanas y la otra amiga habían desaparecido, para aparecer un par de días más tarde baleadas y muertas, las tres.
Recuerdo una tarde en que llegué hasta la ciudad movilizada, con un campamento de protesta en la plaza principal, y supe que habían detenido a los culpables y que se habían salvado del linchamiento porque nadie advirtió que los entraban a la comisaría.
Después supimos, todos, que esos infelices, marginales de fondo de olla, hundidos en el alcohol, habían sido elegidos para comerse el marrón. Y los jueces al fin los absolvieron, para quedarnos otra vez sin culpables. ¿Y entonces?
Entonces todo era un terremoto. Una situación que tuve muy presente mientras escribía mi novela “Retrato de familia con muerta”, porque encontraba similitudes entre un caso y otro. En ambos, los sospechosos tenían mucho que perder y sus lazos con el poder político les ayudaban a salvar el culo.
En una charla que tuve con el padre de las dos hermanas éste me expuso sus teorías y convicciones, sin abrir las fuentes. Todo cerraba. Una fiesta con alcohol y drogas. Con empresarios locales, políticos y policías. Y alguien que sale a buscar compañía femenina y la caga, porque no lleva putas, sino que engaña a las tres pibas, que habían salido a caminar como todas las tardes. Las chicas que quieren huir, la menor que se escapa y le pegan un tiro. Y la disyuntiva de qué hacer con las otras, que se convierte en su condena a muerte.
Fue todo muy sucio, con muchos políticos echando tierra sobre el asunto. Pero las movilizaciones, que nunca cesaron y el empecinamiento de Ulises González, el padre de las hermanas, se comieron almanaque tras almanaque desde 1997, para llegar a este hoy, donde parece que las cosas toman su sitio.
No estoy seguro de que todo lo que se afirma hoy sea cierto o se pueda probar, pero coincide letra por letra con lo que se decía en la calle por aquellos días.
Dos link le cuentan la historia mejor que yo, y esto no es novela negra, es la realidad.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=118822
http://espanol.news.yahoo.com/s/06062010/104/n-latam-juez-fiscal-borde-juicio-politico.html

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