lunes, 19 de abril de 2010

El viejo Bertold


Ulm 1592


-Obispo, puedo volar
-le dijo el sastre al obispo-,
verás qué bien se me da-.
Y se subió con dos trastos
que a alas asemejaban,
decidido, al campanario.
-Todo eso es falsedad
-dijo al sastre el obispo-.
El hombre no nació pájaro.
jamás logrará volar-.

-El pequeño sastre ha muerto
-dijo la gente al obispo-.
Fue una locura. Las alas,
al caer, se le quebraron.
Y se estrelló contra el duro,
duro suelo de la plaza.

-Que repiquen las campanas,
todo era falsedad
-dijo el obispo a su pueblo-.
El hombre no nació pájaro,
jamás logrará volar.


Bertold Brecht

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