miércoles, 3 de febrero de 2010

El dolor de ya no ser


Tengo para mí que hay dos clases de inmigrantes: los que se pasan la vida hablando pestes del país al que han ido a parar, y los que hacen lo imposible para simbiotizarse con el país donde fueron a parar. En mi infancia rodeada de inmigrantes, de la generación de mis abuelos sobre todo, sólo conocí los de la primera versión. Para ellos, ser argentino era una contra insalvable.
Desde que estoy en España conozco inmigrantes de las dos clases. Una me da bronca, por ingrata y la otra me da pena, porque es capaz de asumir ser una copia, un simil, casi nada, para lograr la aceptación. ¿Hay que quedarse con una? ¿Es inevitable?
En esto pensaba cuando veía por la tele la repatriación del cadáver de John Felipe Romero, que nació colombiano, emigró muy joven, se hizo soldado del Ejército Español y encontró el punto final cuando una mina explotó bajo/junto/es igual el transporte blindado en el que patrullaba. Estos jodidos talibanes, que se creen que Afganistan es de ellos, o de los afganos, y no del sensato Occidente.
Creo que la presencia de ese pibe colombiano en el ejército español, igual que la de tantos otros colombianos, ecuatorianos y sigue la lista, tiene que ver con el síndrome de la necesidad de aceptación del inmigrante. Quiero creer sobre todo porque pagan poco. Tan poco que los españoles no se anotan, o prefieren ir de mercenarios por ahí, que es mejor negocio.
Y la pena se me hace doble. Nacer en un lado, tener que emigrar, y que te maten por hacer el papel de otro, es una fea desgracia. No te deja ni la parodia de aquel tango: "la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser". Sólo te deja un cadáver.

7 comentarios:

Oihane dijo...

Qué gran verdad. Yo siempre había pensado que quizá los inmigrantes se metían en el ejército porque era mejor salida que muchas otras... Pero hacerlo para acabar encontrando la muerte de forma prematura en nombre de un país para el que eres menos que un cero a la izquierda, es verdaderamente triste.

Anónimo dijo...

Y para rematar su triste rol de inmigrante muerto "luchando por la patria" ajena, lo entierran en Colombia.

Antonio Tello dijo...

Coincido contigo, estimado Raúl, en que hay tres clases de inmigrados (incluidos los desterrados y los exiliados). La tercera la das por supuesta y es la de aquellos que asumen su condición de extranjeros como seña de identidad. Es decir, respetuosos de la cultura del país de hospedaje y al mismo tiempo fieles a su cultura de origen, aunque ésta acabe mestizándose con el tiempo.
Sin embargo, tengo mis dudas de que el inmigrado que se alista en el ejército de otro país sea para "simbiotizarse". Creo que hay varios factores que llevan al inmigrado latinoamericano a defender la "madre patria" o la "patria estadounidense". Entre ellos, sin descartar el que tú dices, están la imposibilidad de mejorar su situación económica en sus países de origen y/o la necesidad de regularizar su situación administrativa en el país de acogida. Un abrazo

Anónimo dijo...

Noticia para "Alacran Lukas":
Lobo 3. Pincha 1.
R. EltioultramarinO.

Horacio Ricardo Palma dijo...

Bue...al Che le pasó algo parecido. El tema es que el mugriento de la moto andaba matando por el mundo.
Raúl, Victoria no quiso dar nombres, pero, claro, también hacía referencia a sicarios como vos, cuando habló en el Congreso de Víctimas del terrorismo. Los asesinos que se hacen pasar por idealistas... esto tampoco lo creen ni en las novelas. Abrazo, les dejo el link para que lean. Para que sepan que las Víctimas de Erp, Montoneros etc. TAMPOCO OLVIDAMOS.
Abrazo.
http://www.abc.es/20100212/nacional-terrorismo/victimas-terror-argentina-piden-201002121212.html

Anónimo dijo...

Feliz Cumpleaños Raul.
Compañera Pepa.
Sub Comandante Comando Colibrices.

Anónimo dijo...

Feliz cumple!Los dos tuvimos la suerte de conocer una vasca que decía "que ella era argentina porque aquí, el país le había dado de comer y todo lo que tenía", era una rareza en aquel entonces.