“La reina Isabel cantaba rancheras” es una novela del chileno Hernán Rivera Letelier, que narra el mundo romántico de varias señoras putas en los salitrales del norte. Salitre, vida dura y rancheras pueden hacer que cualquiera pierda el rumbo.
Pero no sé por qué hablo de eso si en realidad me estoy limpiando los mocos que se me han caído de la emoción ante el bello gesto de Su Majestad ante la crisis.
Isabel II, la mamá de Carloncho, como don Churchill en la II Guerra, decidió dar el ejemplo cultivando sus propias verduritas en el jardín del palacio. Dicen que para incentivar el ahorro entre los ingleses.
Tal vez sería mejor que chuparan menos en Barcelona, y con eso compraran sus verduras, digo yo, como si fuera el irlandés Jonathan Swift -el de Gulliver, no de los frigoríficos- que los tenía montados en un huevo, aunque él de chupar no se privaba. Un irlandés con eso no jode.
En fin, que se me caen las lágrimas y deliro: de golpe los verduleros, quinteros y hortelanos de Inglaterra, víctimas del ejemplo Real porque ya nadie les compra un rabanito, se descubren republicanos o hinchas de Boca y asaltan el Palacio de Invierno o la cancha del Chelsea, para hacer la reforma agraria.
No me lo quiero perder. Ya que con el seleccionado argentino no le ganamos ni a Disneylandia, hagamos la revolución un rato.
2 comentarios:
No hay nada como la realeza para poner el hombro y ayudar a salir de la crisis. La familia real española, por su parte, llegará más tarde a las Baleares y usaran menos su modesto barquito, que requiere 26.000 euros solo para llenar el tanque de gasolina. Me emociona tanto su sacrificio que también necesitaré unos pañuelos para los mocos.
Lucio
Don Lucio no se olvide de usar moqueros de tela y guardar los germenes en el bosillo, los descartables talan arboles y todo lo siguiente.
Argemi en la foto solamente falta Dartagnana.
Feliz PatefuA. R.
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