martes, 25 de noviembre de 2008

Sin ladrones son nadie


A raíz del comentario sobre la posible perversión que encierran los uniformes de las nínfulas (cruce baboso con “ninfas” y “fulanas”) de colegio de monjas, se me ocurre que tal vez sea una incitación al pecado necesaria para mantener el negocio vivo. Sin pecado ¿para qué las iglesias, los curas y las monjas? Como adorno son bastante feos.
Esa idea me trajo a la memoria cierta vez en que un ladrón fuera de quicio, tal vez simplemente porque estaba preso -que ya es una buena razón- apostrofaba a los guardiacárceles, carceleros o funcionarios de prisiones, como guste llamarlos:
-¡Cretinos! -gritaba el preso- ¿No se dan cuenta de que sin nosotros no son nadie? ¡Nosotros les damos de comer! ¿Qué pasa si un día hacemos huelga de ladrones? ¡La policía, los jueces y ustedes tendrían que ir a trabajar, eso pasaría! ¡Aprendan a respetar, vagos inservibles, que sin ladrones ustedes ni siquiera existen!
Sin pecado y sin ladrones, tanta, tanta gente estaría buscando trabajo, que sería “la madre de todas las crisis”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, Argemí, qué pezones! Sigamos pecando, compañero.
Ella.

Anónimo dijo...

Pues sí, me gusta la explicación. Cambio lo de esquizofrenia moral por esquizofrenia existencial y alimentaria. ¡Que triste tener que crearse un enemigo para alimentarse de él!
Aunque por otra parte yo me nutro continuamente criticándoles. ¿Naturaleza humana? ¿Transferencia del miedo ancestral?
Jo, que espesa estoy esta mañana.

Un abrazo,
May

Anónimo dijo...

A esta niña los gomias le decian Sospechosa. Rodolfo.