lunes, 11 de agosto de 2008

La maldición del enchufe


Puesto a pensar en los coches, su utilidad y los daños colaterales que producen, concluyo que:
Los únicos que me gustan son los de carreras, porque no sirven para nada más que estimular la adrenalina.
Al resto, los pasaría por una picadora de lata, y tan tranquilo.
Pero, como los parches están más cerca de la comprensión humana que las soluciones radicales, tal vez los coches eléctricos estén a medio camino entre mi Armagedón y lo que piensa el resto de los mortales.
¿Qué pasa con los eléctricos? Que son un mal negocio.
Si funciona lo que cuelgo a continuación, tal vez entendamos para quien son un mal negocio. Le debo el material a Ernesto Reclusa, indio de los pagos del Tandil.

http://www.tujefetevigila.org/powerpoint/AutosElectricos.pps

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