Imaginen un centro social como los que abundaban en los 70, y que se llama SECO. Gente que se ocupa de darle bola a los pibes hijos de inmigrantes en el popular barrio de Vallecas, Madrid. Imaginen que tienen una habitación llena de bicicletas para salir con caravanas “bicicríticas”, en las que un altavoz a batería propala que el mundo fue y será una porquería. Imaginen que tienen un club de lectura, simplemente porque leer y discutir lo que se leyó es bueno. Imaginen que se mandan tres jornadas de actividad cultural para el barrio y me invitan, porque leyeron “Siempre la misma música”. ¿Cómo me lo podía perder?
Las fotos engañan. No sólo comen como refugiados, también opinan, y la última escritora que pasó por su mesa todavía está reponiéndose de la paliza. No voy a hacer nombres porque no es de caballeros.
¿La verdad? En este mundo tan chingado hacia la derecha necesitamos muchos, muchos más SECO.
Ah, y que me perdone la banda de Vallecas, pero no pude evitar el chiste tonto del título.
martes, 27 de mayo de 2008
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2 comentarios:
Fue un placer compartir contigo ese rato.
Juanky
No hay nada que perdonar: en Seco ya hemos utilizado ese chiste, sobre todo cuando estábamos en el anterior local, llenito de goteras. Lo que tenemos que hacer es agradecerte que vinieras y que ahora te acuerdes de nosotros. ¿Firmarás en la Feria del Libro? Si vienes, avisa, que vamos a la caseta a hacerte la ola y luego nos vamos de cañas.
Óscar
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