Hace un par de días un diario regaló en España el video donde el pibe Messi hace un gol calcado al de Maradona contra los ingleses, y lo titula “el gol de la Historia”. Está claro que exageran.
Porque el gol, es cierto, cuando uno lo mira provoca escalofríos. Esos escalofríos casi eróticos que bien conoce todo hincha de fútbol, porque es como asomarse al arte más desnudo, a la existencia de los dioses. Pero le falta el entorno, que hace a la diferencia.
El gol de “el Diego” fue contra Inglaterra. Y eso, para un argentino, no tiene precio. Pero, para completar la cosa, primero les había hecho un gol con la mano, a pura picardía. Y eso, para un argentino, tampoco tiene precio.
El viejo Borges, un ciego que muchas veces veía mejor que nadie, definió el ser argentino por su juego más popular: el truco. Trampa, astucia y picardía para “engrupir” o “correr de apuro” al contrincante; para ir más allá de lo que la suerte y las cartas nos auguran. Algo así -si me permiten el dislate, que los hinchas de fútbol somos lo que somos- como el empecinamiento de los héroes de la tragedia griega, que un día decidían cagarse en el destino, y se la rebuscaban para vivir su vida, más allá de los razonables “posibles”.
Por eso nos gustó el gol con la mano: “La mano de Dios”. Pero más nos gustó que, después, como para mostrar que sobraba talento, Maradona apilara contrarios como si fueran de madera, como si los ingleses hubieran ido al bar antes de entrar a la cancha.
Eso, nada más que eso, es lo que le faltó al pibe Messi. Por lo demás, fue calcado. El pibe es un fuera de serie. Uno en cien millones.
¡Ah! Y cambiando de palo. Que el FBI diga que me vigilaría si voy a los EEUU, me deja perplejo. ¿No tienen nada mejor que hacer, estos boludos? En fin, que no pienso ir, así que, tranquilos muchachos, sin alarma.
Porque el gol, es cierto, cuando uno lo mira provoca escalofríos. Esos escalofríos casi eróticos que bien conoce todo hincha de fútbol, porque es como asomarse al arte más desnudo, a la existencia de los dioses. Pero le falta el entorno, que hace a la diferencia.
El gol de “el Diego” fue contra Inglaterra. Y eso, para un argentino, no tiene precio. Pero, para completar la cosa, primero les había hecho un gol con la mano, a pura picardía. Y eso, para un argentino, tampoco tiene precio.
El viejo Borges, un ciego que muchas veces veía mejor que nadie, definió el ser argentino por su juego más popular: el truco. Trampa, astucia y picardía para “engrupir” o “correr de apuro” al contrincante; para ir más allá de lo que la suerte y las cartas nos auguran. Algo así -si me permiten el dislate, que los hinchas de fútbol somos lo que somos- como el empecinamiento de los héroes de la tragedia griega, que un día decidían cagarse en el destino, y se la rebuscaban para vivir su vida, más allá de los razonables “posibles”.
Por eso nos gustó el gol con la mano: “La mano de Dios”. Pero más nos gustó que, después, como para mostrar que sobraba talento, Maradona apilara contrarios como si fueran de madera, como si los ingleses hubieran ido al bar antes de entrar a la cancha.
Eso, nada más que eso, es lo que le faltó al pibe Messi. Por lo demás, fue calcado. El pibe es un fuera de serie. Uno en cien millones.
¡Ah! Y cambiando de palo. Que el FBI diga que me vigilaría si voy a los EEUU, me deja perplejo. ¿No tienen nada mejor que hacer, estos boludos? En fin, que no pienso ir, así que, tranquilos muchachos, sin alarma.
6 comentarios:
Ayer estuve escuchando la transmisión del gol de Maradona en la radio, con el "gracias Dios por el futbol, por Maradona y por este Argentina 2 inglaterra 0".
Pone los pelos de punta.
Fdo.- Pateador ex Hueso ;-)
Aguante Argemi, su pais sigue dando leche de la buena en los potreros, Por el resto no se haga problema los lacayos del juez Sarmiento seguiran ladrando. Rodolfo
Caballero Rodolfo, Argemí no aguanta. Argemí es columna.
Otra diferencia entre Maradona y Messi es que Maradona pudo efectivamente jugar contra los ingleses en la selección armada por el dotor Bilardo, pero a Messi, el boludo de Pekerman lo dejó en el banco dos partidos y nos echaron del mundial de Alemania. Como tantos, tuvo que tomarse el bondi al exterior para que le reconocieran su talento. Me regarco en los DT y sus estrategias nacidas de largas meditaciones en el inodoro. Y encima cobran fortunas.
Querido Grafolito del Duraznero:
Soy yo otra vez, la Carpocapsa del Manzano. Quería decirte que me gustó tu pieza teatral, esa en la que a Súperman su mujer lo molesta en la casa. También quería decirte que me están empezando a gustar también lo que escribe tu amigo, el escritor, ese tal Argemí. Lo de Messi y los Bocaditos de aire estuvieron muy bien, en especial éste último. Aunque debo reconocer que me sorprendió y me indignó que los humanos tengan por costumbre tirar la comida de la gente que falta a los banquetes. Digo yo, ¡tanto joder para que yo no coma sus manzanas y vos sus duraznos y ellos al final tiran todo a la basura!
Quería decirte también que alguien se tomó por costumbre entrar al blog a gritar. Grita mucho y solo. Dice que tu amigo el escritor mató a gente hace tiempo, en Argentina, durante la época pesada. Nadie entiende bien qué quiere este señor anónimo que dice hablar en nombre de los muertos. No dice qué era él de los muertos, y como tampoco dice quién es no lo podemos saber. Me quedé con la duda de si era amigo, familiar o socio en sus actividades. También me pregunto que hizo este señor anónimo durante esos años. Son cosas que uno quisiera saber, pero me quedaré con la incognita. Qué se le va a hacer, hay de toda en la vida, Grafolito, vos lo sabés bien. Hay personas buenas y personas malas. Hay gusanos buenos, como nosotros, y gusanos malos.
Te dejo porque me voy a comer algunas manzanas, me tengo que apurar antes de que algún chef artista quiera hacer bocaditos de aire con ellas y se me disipen en la atmósfera.
Un beso enorme, te extraño mucho.
Carpocapsa del Manzano
Querida Adela el AGUANTE en el rio de La Plata es mucho mas que una palabra. Rodolfo el del otro lado del charco.
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